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  • Foto del escritorAlucinos

Andrea o la fuerza de la constancia y el esfuerzo

3 de mayo de 2023


Voy contaros una historia muy bonita que nos llena de esperanza y de ilusión porque esta historia tiene un poquito que ver con nosotros, vamos, con la labor que realiza ALUCINOS, y que todos los que nos visitan y leen este blog conocéis.


Toda comienza muy lejos de San Fermín, casi en la Transilvania, en un pueblecito a 30 minutos de Transilvania, en Rumania. En un hogar de acogida, vivía la protagonista de esta historia, Andrea Mikloshi . En esa casa , vivió desde los 3 hasta los 15 años, y sus recuerdos son para no recordar. Problemas de todo tipo, violencia etc.. y fue cuando decidió que lo mejor era irse lejos y probar en otros países.



Para poder salir del país, necesitaba la autorización de su madre, que vivía en España. Su madre viajo a Rumania, firmó los papeles y Andrea aprovechó el momento para conocerla, que no la conocía. Como resultado, se vinieron para España, Andrea sin pasaporte y sin saber el idioma, pero eso no la detuvo. Viajaron durante dos días en un autobús hasta llegar a Madrid (Alcalá de Henares), y después contactó con Alucinos, y así empezó nuestra relación.


Durante los dos años que estuvo viviendo con su madre en una casa okupada, (les cortaban la luz y el agua) las cosas no iban a mejor. Empezó a trabajar en negro en todo lo que le sala: fregando platos, limpieza, y decidió que era mejor buscarse una habitación y empezar a vivir sola.


En Alucinos comenzó en la cocina preparando la comida para la gente que va a comer diariamente y para ella misma. Solo quería trabajar, en cualquier cosa, pero sobre todo en cocina.


Por esta razón hizo el curso de ayudante de cocina y sala, que forma parte de los cursos de formación financiados por la Obra Social La Caixa, que se imparte desde el comienzo en nuestra asociación, y cuando empezó las prácticas, le tocó una cafetería. Como acabamos de decir, su preferencia estaba en la cocina, y en cuanto terminó las prácticas, encontró un empleo en un restaurante y ya tiene contrato fijo.


¿Veis como tenía un buen final? Y estamos completamente seguros, que Andrea montará su propio restaurante en un plazo no muy lejano.


Con una historia como la acabamos de contar, lo más normal es que hubiese escogido un camino fácil y mucho, pero mucho peor. Sin embargo, cuando una persona quiere salir de una situación mala, no hay otra. Hay que echarle huevos y a por ello. Como en este caso, no importa que no tuviese papeles, ni saber el idioma, ni viajar unos 3000 Km. Lo que importa es que quería mejorar, y lo dicho, hay que echarle…


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