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  • elfesa4

Recordando al Yeti

Actualizado: 10 abr

abril de 2024


Recuerdo el día como si fuese hoy mismo. Era un mes de agosto caluroso, como todos los de estos últimos años, parece ser causados por el llamado cambio climático que también parece ser del que somos culpables. Estaba en el jardín delantero de la casa de Castil, cuando me sonó el teléfono. Cuando vi quien de quien se trataba, la verdad me sorprendió bastante.


-Hola Pili, que sorpresa, ¿qué tal estas?


-Hola Elena, bueno,.. bien, pero ha pasado una cosa y nos tienes que ayudar.


-Bien, dime el problema y en lo que pueda, cuenta conmigo.


Pili era la responsable de Familias contra la Droga, FANTID,  dentro de la Asociación Alucinos La Salle, donde yo llevaba algunos años de voluntaria. Era una mujer todo corazón y a quienes sus chicos como ella decía, todos exdrogadictos, en extrema exclusión social, la adoraban, porque les atendía con todo el cariño del mundo, sentimiento del que estaban muy necesitados. Desgraciadamente, Pili murió hace varios años


-Elena, se ha muerto el Tente, y resulta que tenemos que hacer algo con el Yeti.




Tente, era un hombre que había sido drogadicto, expresidiario, y que actualmente se encontraba estabilizado gracias a la metadona y sobre todo a su perro, el Yeti, una hermosura de perro, tipo pastor catalán, blanco, juguetón y cariñoso a más no poder. Cuando yo estaba trabajando en el ordenador en la asociación y llegaba el Tente, se le escapaba y se venía conmigo al ordenador para que le diese alguna chuche que llevaba en el bolso. Como Tente iba todos los días a FANTID, el Yeti era como el perro de la Asociación, a quien todos queríamos, mimábamos y le dábamos galletitas,


Al Tente, hacía un mes que le habían operado del corazón, y había salido muy bien. pero una infección hospitalaria, se lo llevó por delante en menos de una semana.


- Mira Elena, si tu no te haces cargo del Yeti, el perro se lo van a llevar a una perrera y creo que este perro acostumbrado a su amo que lo quería a rabiar, se muere de pena, ya que el entorno del Tente no pueden hacerse cargo del perro.


Cuando recibí la noticia me quede aturdida, tanto por la noticia de la muerte del Tente, a quien había visto en fotografías muy recuperado, como por la noticia de que o me quedaba con el perro, o firmaba su sentencia de sufrimiento y muerte.


En aquel momento yo tenía 2 mastines, y era imposible que me quedara con otro perro porque los destrozaría según llegara a casa. Pero claro, ¿cómo iba a dejar abandonado al Yeti??


Me puse a pensar y mi hijo mayor era el candidato más probable para semejante misión. Vivía con su novia, en su casa y a los dos les gustaban los animales. Pero claro se lo tenía que decir y ver como respondían.


Bueno finalmente, todo salió bien y el Yeti paso a formar parte de nuestra familia y sobre todo se convirtió en un perro tan querido, como lo era con su antiguo amo.


Han pasado 10 años, y esta mañana de forma repentina, el Yeti se nos ha ido al cielo de los perros, porque si existe cielo, no me cabe la menor duda que éste es para los perros, porque todos son buenos, nobles, y te dan el amor más genuino de todos los que existen, en caso de que existan otros tipos de amor, que yo lo dudo.


Me gustaría recordarle con todo el cariño que él nos ha dado durante su vida y decirle que nunca te olvidaremos y que te estamos agradecidos de haber podido tenerte y disfrutar contigo, como con el juego de la cuerda que tanto te gustaba y una vez más decirte: Yeti, has sido un buen perro.     

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