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Levantar una persiana es construir un país

Actualizado: 1 nov 2020

30 de octubre de 2020


El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la Secretaría de Estado de Comercio, y la Cámara de Comercio de España lanzan la campaña “Levantar una persiana es construir un país”, financiada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.


Los datos de lo que supone el pequeños comercio, se muestran a continuación


El sector comercial supone un 13% del PIB

Representa el 14.5% del total de establecimientos de nuestro país.

El 17% de los afiliados a la Seguridad Social pertenecen a este sector.

Más de 1.814.000 de empleos generados por el comercio minorista.


¿Qué ha pasado con el pequeño comercio de barrio?


Cuando éramos pequeños, la gente que ya peinamos canas recordamos cuando después de venir del colegio nos decía nuestra madre ‘toma dinero y tráeme dos barras, que ahora mismo vamos a comer’. También recordamos, y esto sí que con añoranza, cuando ya volvíamos por la tarde (porque había clase mañana y tarde, y ciertamente no hemos quedado traumatizados) y con la paga que nos daban para toda la semana, nos comprábamos una bamba de chocolate, en la pastelería y bollería del barrio, que nos sabía a gloria bendita..




Hace mucho tiempo ya, pero mucho, quiero decir que no es por efecto de la pandemia, que ya no quedan ni pastelería, ni panadería, ni la tienda de ultramarinos, ni la lechería de toda la vida, y por supuesto ni el cine de barrio que estaba pegado a la pastelería.


¿Qué ha pasado?


Lo primero, que se ha perdido el carácter de barrio , y en su lugar lo único que existen en los sitios de las antiguas tiendas, son bares de copas sofisticados, pero claro, solo con eso, eso no crea la estructura de lo que llamamos barrio, sino zonas dormitorio


¿Y cuándo y por qué ha ocurrido esta situación?


Son buenas preguntas para aquellos que aún tenemos memoria de como se ha ido cambiando. Todo empezó cuando las grandes compañías, al principio todas francesas, empezaron por construir esas grandes superficies, donde hay de todo, permanecen abiertas todo el día, incluidos los días de fiesta, y además tienen zonas de ocio para los niños y no tan niños, con lo cual el hacer la compra semanal se convertía en un día de excursión para toda la familia, incluidos abuelos, cuñados, etc..


Esta filosofía de vida, se reflejó en que paulatinamente la gente acudía a esas grandes superficies (generalmente situadas en las afueras de las ciudades), y allí realizaban sus compras de todo tipo, ya que tenían de todo . Y así, es, como poco a poco, un día echaba la persiana una zapatería (porque las deportivas de los niños, también las compraban en los grandes almacenes, otro día desaparecía una librería-papelería, otro día cerraba una pastelería, y así sucesivamente, hasta el punto que hay calles céntricas en Madrid que tenían una gran densidad de tiendas, y antes de la pandemia solo encontrabas en un número si y otro también, un local con la persiana echada y con carteles de ' se alquila o se vende'. Esta ha sido la causa real de la muerte del pequeño comercio.


Además de la desaparición de las tiendas en la mayoría de los barrios de Madrid, esta nueva forma de comprar, tuvo otra consecuencia : el consumo acelerado y masivo que animaba a comprar productos que ni se habían planteado ni se necesitaban, pero al estar en el estante de al lado, resultaba muy cómodo y tentador. Esto era práctica común durante la epoca de desarrollo insostenible que hemos gozado en nuestro país, que ha sido la mayoría de las veces, donde todos viviamos en constantes burbujas y no se tomaron previsiones ni por parte de los administardores ni de los administrados.


Esto ha ocurrido a lo largo de 30 años, hasta el punto, que muchos de los locales comerciales se han adaptado para viviendas. Pero curiosamente ningún gobierno ni nacional ni regional, se quiso dar cuenta del hecho.


Es preciso mencionar también el impacto de las compras on-line. Desde el año 2000, aproximadamente, el uso de las nuevas tecnologías, se ha extendido por todo el mundo, y las grandes compañías rápidamente vieron el potencial que tenían desde el punto de vista económico. Porque ahora ya no se trata de un sitio donde hay de todo, sino de un mercado global, donde compras sin saber exactamente (en mucho casos) a quién estás comprando, y que te lo envían a casa en tan solo unos pocas horas. Está claro que estamos en la nube y por supuesto hay que seguir con esta nueva filosofía, pero deberíamos muchas veces sin bajar de esa nube, manejarla con inteligencia como ellos nos manejan a nosotros. Esto significa que cuando compremos on-line, nos esforcemos en saber quien fabrica el producto en cuestión, y donde lo fabrica, e intentar que al menos esté dentro de nuestras feronteras.


Y en eso, zas, viene el COVID y de pronto todo se acelera y las cosas parecen que se posicionan. Como la hostelería, que era el único reducto del pequeño comercio de barrio y de no barrio, por razones de la pandemia tienen que echar también el cierre, de pronto se dan cuenta de que nos hemos quedado sin pequeño comercio, porque las empresas agonizantes de hostelería que quedaban, echan la persiana, pero la mayoría no la van a subir más.


¿Y ahora qué?


Nos hemos quedado sin tiendas, sin los trabajos que proporcionaban esas tiendas, con las calles llenas de persianas bajadas. En fin, que hemos hecho el negocio del siglo.

Y es ahora, después de 30 años en que empezó las calles vaciadas de tiendas ,es cuando el gobierno del país lanza la campaña ‘Levantar una persiana es construir un país ¿ Un poco tarde quizás?


En Alucinos, localizado en pleno corazón del barrio de San Fermín, hemos sido conscientes de esta situación, desde hace más de tres años. Por eso se ha hecho hincapié en todos nuestros proyectos de dinamizar el comercio de barrio, y justo con el proyecto del comedor social, siempre se ha contado con las tiendas cercanas, así como ampliar y mejorar la estética del barrio como se puede comprobar con la hostelería, gestionando que la apertura de terrazas para poder estar sobre todo, en la época en que la pandemia parecía remitir. Además y para cubrir el campo de las compras on-line, ayudamos a la inclusión en los comercios de la venta on-line para las personas que no pueden o prefieren que les lleven los productos a casa. Ésta actividad también está contemplada en la empresa de caracter social, Alucikoiki, para repartir las mercancías a las personas de los distritos cercanos a San Fermín.

El proyecto lo podéis leer en este enlace

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