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Educación, regulación y alianzas retos para controlar el uso responsable de las pantallas

22 mayo de 2024


Estas han sido las conclusiones a las que han llegado administraciones públicas, empresas y Tercer Sector durante un evento organizado este miércoles por UNAD, la Red de Atención a las Adicciones en Madrid


Durante el encuentro se ha hecho un llamamiento a la corresponsabilidad subrayando que esta problemática no solo es algo colectivo, sino que debe partir de la individualidad


UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, ha organizado este miércoles un encuentro de diálogo en torno al consumo de contenidos digitales en el que han participado voces procedentes de distintos niveles de implicación en esta realidad. Bajo el título ‘Alianzas para contribuir a la Agenda 2030. Empresas, administraciones públicas y Tercer Sector por un uso responsable de pantallas’, el foro ha reunido a más de 50 profesionales de muy diversos ámbitos con el fin de poner sobre la mesa el uso problemático de la tecnología.




El evento, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, se ha celebrado en la Sala META de Madrid con el propósito de generar sinergias y alianzas que contribuyan a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.




Ya desde la introducción del acto, el periodista Javier Ruiz, redactor jefe del área de Economía de la Cadena SER, quien ha moderado toda la sesión, ha defendido que es necesaria la colaboración entre el sector privado, el sector público y sociedad civil para abordar “un desafío” como es “el uso problemático de pantallas, que afecta la salud y el bienestar de muchas personas en nuestra sociedad”.


El primer bloque se ha centrado en la construcción de entornos digitales seguros, de manera que el debate ha girado en torno a la educación, la regulación y la construcción de alianzas. Luciano Poyato, presidente de UNAD, ha comenzado apuntando que “todo lo que sea tecnológico es bueno para la sociedad” pero si se genera una dependencia, su uso puede derivar “en problemas sociales, físicos y psicológicos”, de manera que los casos más frecuentes que solicitan ayuda a la red de adicciones en este sentido tienen que ver con los videojuegos y las apuestas online.


Poyato ha remarcado que, además del refuerzo de la investigación y la prevención en la materia, son necesarias otras medidas más concretas como políticas públicas “claras y desde perspectiva de género”, campañas de sensibilización sobre el uso de pantallas o la regulación de la publicidad del juego online de cara a la población menor de edad.


A este respecto, Carlos Carretero, director del Centro Eurolatinoamericano de Juventud del Instituto de la Juventud de España (INJUVE), ha afirmado que muchas de las actitudes de la población menor de edad vienen por imitación”, por lo que las personas adultas deberían ser el primer público objetivo en las estrategias de educación y sensibilización. Siguiendo esta premisa, Carretero ha situado a continuación las acciones dirigidas al personal docente y a la actual generación joven.


Partiendo desde su posición en el INJUVE, Carretero ha reconocido que desde el Ministerio de Juventud e Infancia ya se encuentra activo un grupo de personas expertas destinado a analizar el uso de pantallas en los entornos educativos.


Por otro lado, Eugenia de Blas, responsable de Sostenibilidad y Voluntariado Corporativo de MASORANGE España, ha defendido que el problema de uso problemático de pantallas “es una cuestión de sensibilización y de educación”. “Como empresas tenemos que actuar”, ha señalado De Blas, reivindicando que, un operador de comunicaciones “tiene que incorporar en su ADN el uso responsable de la tecnología”, de manera que su capacidad de actuación sea una pieza “de un gran puzle” que habría que construir “a través del diálogo y las alianzas” junto a otras partes implicadas.


Completando este primer espacio, José Juan Haro, director de Negocio Mayorista y Asuntos Públicos de Telefónica Hispanoamérica, ha puesto el foco en el efecto de la pandemia sobre el uso de la tecnología: “fue un gran experimento social, sin pretenderlo, que ha dejado un incremento de hábitos de uso de pantallas” pero también ha aumentado la brecha digital en todos aquellos casos de poblaciones no digitalizadas.


De Haro ha añadido también a que la legislación es muy incipiente y que hay que seguir trabajando sobre ella, pero ha aludido a abordar en paralelo “la responsabilidad social” puesto que el problema no solo es de acceso a contenidos inapropiados sino de “tiempo de uso”.


Casos de éxito


Tras el debate ha llegado el turno de una mesa dedicada a la exposición de experiencias y casos de éxito hacia el uso responsable de pantallas. Ahí, Santiago Fandiño, director de Contenidos y Programación Infantiles y Clan de la Corporación RTVE ha manifestado que “los organismos y las instituciones no estamos viendo por dónde va la sociedad” debido a los continuos cambios y los rápidos avances tecnológicos. En este sentido, Fandiño ha alertado de que, en torno a “cualquier elemento disruptivo a nivel social, al ser nuevo, no existe una percepción de riesgo al respecto”. El representante de RTVE ha resaltado específicamente cómo los algoritmos están moldeando la sociedad” agrupando al público según muy diversos ámbitos de interés de acuerdo con sus tendencias de consumo de contenidos.


Por parte de Google España, Marta Becerra, mánager de Políticas Públicas de la compañía, ha puesto en valor medidas de protección de menores en el ámbito digital como el bloqueo de la reproducción automática o el recordatorio de tiempos de usos, acciones encaminadas a “promover la autonomía y el uso adecuado de los dispositivos” para no “caer en la demonización de las pantallas”. En vista de herramientas como estas y el control parental de los buscadores y apps, Becerra ha defendido “la digitalización y el equilibrio que cada familia quiera hacer en su casa”, siendo el “empoderamiento a través de la educación” la clave para mejorar la situación de los hogares.


Ya desde la red UNAD, Silvia Allué, directora del Área de Menores y Familias de la Asociación Punto Omega de Madrid, ha centrado la atención sobre “el concepto de la corresponsabilidad” de cada persona, desde su papel y su espacio, sea una empresa o un medio de comunicación. Allué ha incitado así a detenerse para reflexionar sobre el impacto de la tecnología a nivel individual: “Somos modelos de conducta para todas las personas que nos están viendo”. A la hora de actuar en este ámbito, la experta de la red UNAD ha referido la potenciación de los factores de protección como una de las principales vías para promover conductas de consumo positivas.


Por último, Erdoitza Unanue, directora de Programas de la bilbaína Fundación Gizakia, ha comenzado explicando que, en su entidad, ya “desde los noventa detectamos que los consumos de personas jóvenes eran diferentes” al del resto de la población, algo que en la actualidad requiere adaptar la intervención a esos casos de adicción o usos problemáticos en la juventud. “Hay que entender el concepto de comunicación de las personas jóvenes”, ha afirmado al respecto, al tiempo que ha apuntado que la clave del éxito de los tratamientos pasa por que la persona joven “tome conciencia sobre lo que le está pasando, sus problemas y su posible relación con los usos que hace de las pantallas”.


La jornada ha finalizado con un espacio de networking en el que se han puesto sobre la mesa retos y objetivos comunes con la intención de avanzar conjuntamente

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